LOS IMPULSOS Y LAS EMOCIONES

¿Cómo podemos acercarnos a la imagen que realmente queremos?

Hay que escucharse, hay que mirarse y ver si lo que necesitamos es lo que realmente llevamos. ¿De qué sirve tener un look determinado si no sabes cómo te ven o te sienten tu entorno?. Como tu vistas y te peines, es como te ven y es como se te percibe.

Se puede llevar el rojo y a ti gustarte muchísimo, pero quizá en tu día a día, por tu de forma de vestir, o por modo de vida, ese tono no sea el más adecuado. Aunque se puede adaptar. En vez de con un color global, unas mechas que refuerzan esa parte de tu carácter podría ayudarte a acercar lo que quieres con lo que necesitas para conseguir ese look. La imagen externa tiene unos atributos sensoriales que provocan sensaciones, emociones y sentimientos.

Esas emociones son 6: Alegría, Tristeza, Enfado, Miedo, Asco y Sorpresa. Que nos es lo mismo que las sensaciones.

Las sensaciones son lo que percibimos a través de nuestros sentidos, y las emociones son algo impreso en nuestro cerebro. Es decir, cuando nos sentimos mal, nuestros sentidos se ponen alerta, estos suben a nuestro cerebro y se codifican en una de las emociones básicas, en este caso en tristeza.

Por eso insisto tanto que en este momento en el que estamos, no es el más apropiado para escuchar a nuestras emociones para un cambio de imagen.

Pero si es un buen momento para resetear y ver que es lo que queremos cambiar y qué no nos gusta, pero siempre que vaya acorde con nuestra personalidad, siempre siendo sincera/o con las expectativas. Si eres consciente de lo que piensas, entonces podrás cambiar la acciones y elegir cual es ese look determinado. Tu pelo puede contarte más de como estas de lo que tú crees.

¿Cómo?: Escucha lo que sientes, hazte preguntas y ponte en marcha.

¿Qué me quiere decir? Puntas abiertas, pelo seco, la longitud me agobia, el flequillo esta muy recto....

¿Qué necesito? Hidratarme el pelo, nutrirlo, mirar un corte para consultarlo con tu estilista...

¿Qué puedo hacer para sentirme mejor? Todo lo que te haga feliz, como parar un rato a mirarme y hacerme estas preguntas. No sacrificar tu bienestar por unos momentos cargados de negatividad y pesimismo.

Aceptar que las emociones tanto agradables como desagradables son buenas todas porque te informan de asuntos importantes. Son las que nos hace estar vivos por lo tanto, no las evites, hay que afrontarlas.